Una de las adaptaciones más esperadas del 2013 es En llamas(Catching Fire), secuela de Los Juegos del Hambre (The Hunger Games) y protagonizada por Jennifer Lawrence. La trilogía escrita por Suzanne Collins ha vendido más de 50 millones de libros alrededor del mundo y ha acaparado la atención de la audiencia gracias a su historia, ubicada en un futuro distópico, donde el gobierno controla a su población a través de unos “juegos” anuales donde tributos de 12 a 18 años deben pelear hasta la muerte.
Con sus 146 minutos de duración –tan sólo 4 minutos más que la 1ª parte–, En llamas presenta todo lo que un aficionado de la saga querría ver: diseño de producción y vestuario excepcional, actuaciones impecables, y un guión con acción continua. El director Francis Lawrence logra recrear Panem con gran atención al detalle, pero sobre todo, muestra a los habitantes del Capitolio tal y como Collins los describe: excéntricos, sí, pero sin caer en exageraciones. Donde Los Juegos del Hambre falló al mostrar un desfile repleto de disfraces novatos, En llamas te pone en medio de una pasarela de Haute couture. Y esto es un elemento indispensable para introducir a la audiencia de manera creíble a este mundo alterno.
El guión, una vez más, es uno de los puntos más fuertes de la película, y es que Simon Beaufoy (127 horas, Quisiera ser millonario) junto con Michael Arndt (Toy Story 3, Pequeña Miss Sunshine), lograron compactar todo lo ocurrido en la segunda novela de manera exitosa. Adaptar un libro, sobre todo uno con tanta cantidad de seguidores, es una labor complicada, sin embargo ellos tomaron la esencia de lo relatado En llamas, y además agregaron secuencias que no existían en la novela, para darle un mayor alcance a la historia. Tal y como sucedió en la 1ª parte, aquí no sólo vemos lo que Katniss Everdeen vive, sino que tenemos pequeños vistazos a la vida familiar del Presidente Snow y a la construcción de los Juegos.
Los efectos especiales demuestran una mejora del 100%, si han visto alguno de los trailers ya lo habrán notado, sin embargo aquí podemos establecer que se llegó a un estatus de perfección. No hay ningún cuadro que llame la atención por su uso de green screen, el vestido en llamas de la protagonista ahora sí parece estarlo y merece el asombro de la audiencia, y la secuencia dentro del Centro de Entrenamiento es inmejorable.
En cuanto a las actuaciones, una vez más nos topamos con el talento histriónico de cada uno de los actores. Jennifer Lawrence demuestra que su Oscar es bien merecido –recordarán que ganó Mejor actriz por Los juegos del destino– y habrá secuencias que los harán reír y llorar. El rango de emociones que Lawrence le provee al personaje tan sólo con una mirada, lágrima o sonrisa incómoda, introducen a la audiencia directamente a la psique de Katniss. En la novela es muy sencillo conocer lo que piensa la protagonista, incluso puede haber una hoja entera con la descripción, sin embargo la película no utiliza voz en off y todo el peso recae en la actriz –y, por supuesto, en el director. El resto del elenco cumple con creces, desde Josh Hutcherson hasta Liam Hemsworth, pasando por Woody Harrelson, Elizabeth Banks y, sobre todo, Donald Sutherland quien le imprime aún mayor maldad al Presidente Snow.
Hasta ahora todo parecería indicar que En llamas sería una película de 5 estrellas, y lo sería, de no ser porque inherentemente la historia funciona como un puente hacia la conclusión de la historia. Y es que a pesar de que la película está repleta de acción, hay breves momentos donde se siente pesada e incluso hay partes que se perciben repetitivas de la primera cinta. La transición de papel a pantalla también sufre al momento de desarrollar a los personajes secundarios, pues aunque hay secuencias con los tributos Finnick Odair (Sam Claflin), Mags (Lynn Cohen), Johanna Mason (Jenna Malone) y elDistrito 3, ellos no se sienten tan integrados con la protagonista, y la camaradería que nos relata el libro no se percibe con tanta fuerza. De la misma forma, el desarrollo natural de la relación entre Katniss y Peeta no es explorado de manera tan profunda aquí.
Sin embargo, el guión siempre se mantiene fiel a la esencia de la historia original, aun cuando hagan falta detalles que serán extrañados por los fans del libro. Y En llamas logra un importante objetivo: hacer que la gente quiera saber qué sucederá en el cierre de la historia. El último acto de la película abre tantas posibilidades que no podrán ser ignoradas ni por el más neófito en temas de Los Juegos del Hambre.